De casualidad encontré esta novela, era la ultima que quedaba en la librería, había leído la reseña en el blog de piezasdeaocho y me había gustado mucho.
Kate se sorprende mucho cuando llega su nuevo compañero de clase, Jarrod Thorton. Es increíble el poder que percibe en este chico. Todo esto es posible gracias a que Kate al igual que su joven abuela Jillian es bruja.
Algo que la toma mucho mas de sorpresa es cuando en un arrebato de nerviosismo, el torpe de Jarrod arma una catástrofe climática dentro de su propia aula. Es muy claro, el no sabe de la existencia de sus poderes, todo sucede frente a sus ojos pero para él es pura coincidencia.
Desde el primer día la inconsciente de Kate lo aturde al pobre chico con el hecho de que tiene poderes, razón por la cual este la tilda de loca y decide no juntarse con ella, para formar parte de los populares que lo admiten rápidamente en su grupo a pesar de su increíble torpeza.
El destino de alguna forma los acerca a Kate y a Jarrod de tal forma que esta se enamora muy pronto, y lo llega a conocer mucho. Es así que descubre que la mala suerte del joven y de su familia esta muy relacionada con sus poderes, todo proviene de una maldición echada a Lord Richard, y a sus hijos, los ancestros de Jarrod, que gobernaban en el Castillo Thortyne en la Edad Media.
Poco a poco Jarrod empieza a creer en Kate, y luego entiende que si no soluciona la maldición de alguna manera podrían ocurrir cosas realmente graves con su familia. En un intento fallido de Kate realizando un hechizo optan por la descabellada idea de Jillian de viajar al pasado y acabar con el malvado hechicero para anular la maldición.
Y así los dos protagonistas viajan en el tiempo y se alojan con Lord Richard, engañándolo diciendo que son parientes suyos, cosa que no es mentira, pero la realidad es que son parientes realmente muy lejanos, centenares de años los alejan.
Una gran evolución debe tener Jarrod, para enfrentar al enemigo, y rescatar a su amada Kate arrebatada se sus manos.
Una final intrigante y algo inesperado, una maldición que aumentaba a cada momento, encerrada en un botellón del mas fino vino tomado año tras año.
La verdad me gusto mucho, son muy buenos los personajes, tienen un final muy feliz ellos dos. Lo divertido es que cada capitulo esta narrado en primera persona pero a veces por Kate y otras veces por Jarrod. Es muy gracioso, ver lo que piensa Jarrod acerca de su compañera al principio del libro. Realmente lo recomiendo para el que quiera leerlo y reirse un rato.
La autora es Marianne Curley una escritora australiana de literatura juvenil nacida el 20 de mayo de 1959. Reconocida por su trilogía "Los Guardianes del Tiempo"
Comenzó su vida escolar en la Escuela de Santa Mónica, en Richmond, cogiendo el autobús cada día con sus hermanos y hermana hasta que una inundación arrastró la casa familiar y, con ella, todas sus pertenencias, a excepción de algunas fotos que sus padres pudieron salvar. Tras la inundación, su familia se trasladó a una granja a las afueras de Sydney. Allí Marianne descubrió su amor por los libros y se hizo bibliotecaria de la escuela a los nueve años. Ya adulta, se trasladó a la costa norte de Nueva Gales del Sur donde empezó a escribir.
Kate se sorprende mucho cuando llega su nuevo compañero de clase, Jarrod Thorton. Es increíble el poder que percibe en este chico. Todo esto es posible gracias a que Kate al igual que su joven abuela Jillian es bruja.
Algo que la toma mucho mas de sorpresa es cuando en un arrebato de nerviosismo, el torpe de Jarrod arma una catástrofe climática dentro de su propia aula. Es muy claro, el no sabe de la existencia de sus poderes, todo sucede frente a sus ojos pero para él es pura coincidencia.
Desde el primer día la inconsciente de Kate lo aturde al pobre chico con el hecho de que tiene poderes, razón por la cual este la tilda de loca y decide no juntarse con ella, para formar parte de los populares que lo admiten rápidamente en su grupo a pesar de su increíble torpeza.
El destino de alguna forma los acerca a Kate y a Jarrod de tal forma que esta se enamora muy pronto, y lo llega a conocer mucho. Es así que descubre que la mala suerte del joven y de su familia esta muy relacionada con sus poderes, todo proviene de una maldición echada a Lord Richard, y a sus hijos, los ancestros de Jarrod, que gobernaban en el Castillo Thortyne en la Edad Media.
Poco a poco Jarrod empieza a creer en Kate, y luego entiende que si no soluciona la maldición de alguna manera podrían ocurrir cosas realmente graves con su familia. En un intento fallido de Kate realizando un hechizo optan por la descabellada idea de Jillian de viajar al pasado y acabar con el malvado hechicero para anular la maldición.
Y así los dos protagonistas viajan en el tiempo y se alojan con Lord Richard, engañándolo diciendo que son parientes suyos, cosa que no es mentira, pero la realidad es que son parientes realmente muy lejanos, centenares de años los alejan.
Una gran evolución debe tener Jarrod, para enfrentar al enemigo, y rescatar a su amada Kate arrebatada se sus manos.
Una final intrigante y algo inesperado, una maldición que aumentaba a cada momento, encerrada en un botellón del mas fino vino tomado año tras año.
La verdad me gusto mucho, son muy buenos los personajes, tienen un final muy feliz ellos dos. Lo divertido es que cada capitulo esta narrado en primera persona pero a veces por Kate y otras veces por Jarrod. Es muy gracioso, ver lo que piensa Jarrod acerca de su compañera al principio del libro. Realmente lo recomiendo para el que quiera leerlo y reirse un rato.
La autora es Marianne Curley una escritora australiana de literatura juvenil nacida el 20 de mayo de 1959. Reconocida por su trilogía "Los Guardianes del Tiempo"
Comenzó su vida escolar en la Escuela de Santa Mónica, en Richmond, cogiendo el autobús cada día con sus hermanos y hermana hasta que una inundación arrastró la casa familiar y, con ella, todas sus pertenencias, a excepción de algunas fotos que sus padres pudieron salvar. Tras la inundación, su familia se trasladó a una granja a las afueras de Sydney. Allí Marianne descubrió su amor por los libros y se hizo bibliotecaria de la escuela a los nueve años. Ya adulta, se trasladó a la costa norte de Nueva Gales del Sur donde empezó a escribir.
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